Esta semana se han hecho públicos los ganadores de los premios Nobel de Medicina y Química. En una entrada anterior ya escribía sobre la paradoja de que los Nobel de Medicina se den a investigaciones en ciencia biomédica básica y no propiamente médica.
Este año, en cambio, si ha sido a concedido a investigadores que trabajan en enfermedades de origen parasitario como la malaria o la filariasis. En este enlace podéis leer más sobre estos investigadores y sobre como podemos encontrar remedios en la naturaleza para curar enfermedades, como la malaria, que matan anualmente a millones de personas en los países pobres. Esta habría sido una buena oportunidad para que le hubiesen dado el premio a Pedro Alonso, responsable mundial de la OMS en la lucha contra la malaria y unos de los desarrolladores de la vacuna contra ella.
El premio Nobel de Química sigue la pauta de los últimos años. Podríamos decir que es más bien bioquímica. Se ha reconocido el trabajo de investigación sobre los mecanismos de corrección de errores en el ADN, un proceso imprescindible para que las células reparen los daños en su material genético. Aquí más bajo podéis enlazar a otro artículo de EL PAÍS, que por cierto contiene unos de los errores habituales en trabajos periodísticos de mala divulgación científica: confundir errores en la información genética con “errores en el código genético”, afortunadamente el código genético no tiene errores.
Enlace a premio Nobel de química 2015
Este año, en cambio, si ha sido a concedido a investigadores que trabajan en enfermedades de origen parasitario como la malaria o la filariasis. En este enlace podéis leer más sobre estos investigadores y sobre como podemos encontrar remedios en la naturaleza para curar enfermedades, como la malaria, que matan anualmente a millones de personas en los países pobres. Esta habría sido una buena oportunidad para que le hubiesen dado el premio a Pedro Alonso, responsable mundial de la OMS en la lucha contra la malaria y unos de los desarrolladores de la vacuna contra ella.
El premio Nobel de Química sigue la pauta de los últimos años. Podríamos decir que es más bien bioquímica. Se ha reconocido el trabajo de investigación sobre los mecanismos de corrección de errores en el ADN, un proceso imprescindible para que las células reparen los daños en su material genético. Aquí más bajo podéis enlazar a otro artículo de EL PAÍS, que por cierto contiene unos de los errores habituales en trabajos periodísticos de mala divulgación científica: confundir errores en la información genética con “errores en el código genético”, afortunadamente el código genético no tiene errores.
Enlace a premio Nobel de química 2015