Hace unos días le pregunté a un compañero, Jesús, profesor de griego y entusiasta de la etimología, por el origen del sufijo "asa" que se utiliza en bioquímica para nombrar a las enzimas.
En un primer momento se mostró perplejo porque no reconocía un origen griego a dicha terminación. Al día siguiente me explicó cual es el origen del mismo. No lo voy a contar yo. Es más sencillo que vayáis directamente a las fuentes mediante este enlace.
Frecuentemente se hacen bromas sobre "los de ciencias " y "los de letras", donde parece que queremos demostrar que tener una formación científica nos incapacita para tener curiosidad sobre las lenguas o el arte. O en el caso contrario, que los humanistas no pueden, ni tienen porque conocer qué es, por ejemplo, qué es un enzima.
Esta es la prueba evidente de que determinados intereses no son excluyentes y que la curiosidad no es patrimonio exclusivo de ningún gremio.