Imagen de microscopio electrónico de barrido de los cromosomas sexuales humanos
Como es bien sabido, la determinación del sexo en la mayoría de los mamíferos, incluidos los humanos, depende de la presencia de dos cromosomas X, y en ese caso seremos hembra; o bien un cromosoma X y otro Y. Para ser un macho.
Este Y es un cromosoma muy pequeño, que apenas contiene 454 genes de los aproximadamente 23000 que conforman el genoma humano.
Parece pues que el azar de ser hombre es bien poca cosa. Los genes hasta ahora conocidos eran responsables de la formación de los órganos reproductivos masculinos y la producción de espermatozoides y tradicionalmente se consideraba al sexo masculino una modificación de lo que originalmente sería una mujer debido a la expresión de esos genes del cromosoma Y.
En un artículo reciente publicado en Nature se ha investigado la función de otros genes y se ha demostrado que tienen una función reguladora: son factores de transcripción. Es decir, son proteínas cuya función es controlar cuando se transcriben otros genes, o utilizando una metáfora que suelo utilizar habitualmente en mis clases: decidir cuando se "cocina" una "receta". (la receta es el gen y lo que cocinamos son proteínas).
Pero estos estudios van más allá. Han descrito el origen de este cromosoma a partir de la degeneración del cromosoma X. Según los investigadores del MIT, el Y se habría producido cuando los mamíferos habíamos empezado a convertirnos en mamíferos modernos: cuando nos separamos de nuestros parientes más primitivos los marsupiales.
En este proceso evolutivo se habrían eliminado unos 1400 genes del X, pero los que han quedado se ha comprobado que son prácticamente iguales en la mayoría de los mamíferos, lo que los biólogos conocemos como "genes muy conservados", es decir, aquellos que la vida debe mantener porque de otra forma podemos poner en peligro la supervivencia de cualquier especie: son "recetas" que no podemos tocar: en todas partes cocemos el arroz de la misma forma.
Para aquellos que quieran una información más completa podéis leer este artículo de Javier Sampedro.
Este Y es un cromosoma muy pequeño, que apenas contiene 454 genes de los aproximadamente 23000 que conforman el genoma humano.
Parece pues que el azar de ser hombre es bien poca cosa. Los genes hasta ahora conocidos eran responsables de la formación de los órganos reproductivos masculinos y la producción de espermatozoides y tradicionalmente se consideraba al sexo masculino una modificación de lo que originalmente sería una mujer debido a la expresión de esos genes del cromosoma Y.
En un artículo reciente publicado en Nature se ha investigado la función de otros genes y se ha demostrado que tienen una función reguladora: son factores de transcripción. Es decir, son proteínas cuya función es controlar cuando se transcriben otros genes, o utilizando una metáfora que suelo utilizar habitualmente en mis clases: decidir cuando se "cocina" una "receta". (la receta es el gen y lo que cocinamos son proteínas).
Pero estos estudios van más allá. Han descrito el origen de este cromosoma a partir de la degeneración del cromosoma X. Según los investigadores del MIT, el Y se habría producido cuando los mamíferos habíamos empezado a convertirnos en mamíferos modernos: cuando nos separamos de nuestros parientes más primitivos los marsupiales.
En este proceso evolutivo se habrían eliminado unos 1400 genes del X, pero los que han quedado se ha comprobado que son prácticamente iguales en la mayoría de los mamíferos, lo que los biólogos conocemos como "genes muy conservados", es decir, aquellos que la vida debe mantener porque de otra forma podemos poner en peligro la supervivencia de cualquier especie: son "recetas" que no podemos tocar: en todas partes cocemos el arroz de la misma forma.
Para aquellos que quieran una información más completa podéis leer este artículo de Javier Sampedro.
la_evolucin_de_la_virilidad.pdf |